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Silvia Castelán

Silvia Castelán estudia la licenciatura de Escritura Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ha participado escribiendo principalmente poesía en la revista argentina Buenos Aires poetry, Cardenal revista, Void, en la revista independiente Yerba Mala, en la plataforma de difusión cultural Pata de Mono, y en la editorial digital Brokn English. Algunos poemas fueron publicados en la antología de poesía Novísimas (2020) hecha por la editorial Libros del perro. Participó en 2019 en el Curso de Creación Literaria para Jóvenes de la Fundación para las Letras Mexicanas en Xalapa, Veracruz y en 2021 en el Encuentro de poetas jóvenes de la Universidad de Guanajuato. Es miembro de la Congregación Literaria de la Ciudad de México, ha sido tallerista literaria en Red Local y participa con regularidad en eventos de lectura de poesía en voz alta como: Penca Poética, Perra Mala, Nadie quiere escuchar tus poemas de amor, Festival Magma, y Festival Verbo.

Silvia opina que las paletas más ricas son las que dejan llagas en el paladar y en las comisuras de la boca y admite ser adicta al gerundio. Defensora aguerrida del uso de elementos como el tazo metálico, las taka takas, los tostiesquites y los cheetos de colmillito en la poesía.

IG: @cuijabesucona

Web: cuijabesucona.wordpress.com

 

PIEZAS PARA ESFERA #26

 
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Panteón nostalgia

2021

Tumbas miniatura elaboradas con arcilla. Decoradas con pintura acrílica y sharpies.

El duelo es un proceso con el que nunca hacemos las paces del todo. Si no lo encaramos como algo necesario, a veces hace huecos en nuestra memoria y trastoca nuestra manera de procesar aquellos duelos que vendrán después. Cada una de estas piezas recrea la tumba de alguna memoria especial y significativa para alguna persona. Desde marcas hasta objetos, páginas de internet, comerciales, grupos de música, caricaturas o personajes con los que convivimos en algún punto de nuestro pasado. Aceptar nuestros latentes afectos con cosas que podrían parecer tan banales y poco trascendentales como la separación de RBD nos llevará a concebir estas pérdidas como muertes, como duelos con los que aprendemos a respirar cada día de nuestra vida tratando de engañarnos a nosotros mismos repitiéndonos mantras como: “era solo una banda pop”, “es solo un tipo de Sabritas más, no tengo porqué ponerme mal por esto”.

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TORRE DE BABEL

2021

Escultura elaborada con cartón, madera, rocas y arcilla. Decorada con pintura acrílica, sharpies y piezas de metal.

En el libro de Génesis en la biblia, se menciona una torre a la que se le atribuyó la existencia de las diferentes lenguas. O más bien, a la disolución de la torre. Las personas que la habitaban se comunicaban todas en un mismo lenguaje tras haber sobrevivido al devastador diluvio universal; sin embargo, Yahveh decide que los habitantes de la tierra hablen diferentes lenguas, por lo que los expulsa de ella. Esta escultura tipo maqueta, la torre de screenshots, rememora este mito a la vez que lo reinterpreta. En ella podemos ver, no necesariamente una misma lengua, sino un mismo lenguaje en el que los habitantes se comprenden a la perfección a través de las pantallas y las variadas plataformas de chat. La recopilación de capturas de pantalla utilizadas son de la cuenta de Instagram @digitamesta, en la que llevo recolectándolas aproximadamente un año gracias a la gente que en colectividad me manda capturas de sus conversaciones todos los días sin falta.

 
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NUNCA NOS ALCANZARÁ PARA

2021

Tapetes laminados de automóvil y carros de juguete.

Esta pieza nace de una charla con mi madre en la que me contó que su primer auto nuevo lo compró a los 20 años y le costó 20,000 pesos. Este dato me sorprendió. Hoy, esa cantidad equivale a una sexta parte de un automóvil nuevo. Lo que nos llevó a hablar al respecto, fue la insistencia con la que me preguntaba porqué a los jóvenes de ahora no nos interesa adquirir un coche, al igual que tener una casa y formar una numerosa familia, empezando por casarnos como Dios manda. Esta triada (matrimonio, automóvil, casa) era verdaderamente la garantía del éxito en la generación de mis padres, una vez que las adquirías todas (como objetos coleccionables) podías considerarte una persona realizada. Es curioso cómo no conciben que los hijos de la generación a la que criaron no les interesa porque en realidad ni siquiera les alcanza. Nos vemos, en pocos años de diferencia, viviendo, si bien nos va, con por lo menos un roomie, nos movemos en transporte público (esto también alimentado por la consciencia ecológica) y no queremos casarnos ni tener hijos, sino orquestar besos de tres. Esta triada está lejos de ser prioritaria en un mundo cuyo sistema se aceleró a una velocidad lumínica. El proyecto final consiste, pues, en una triada, una pieza por cada una de estas aspiraciones clase medieras, piezas que siguen en proceso de elaboración, por lo que por el momento únicamente les mostraré esta.